1 dic 2011

Alimentación y VIH

Hoy en el Día Mundial contra el SIDA/VIH, he considerado oportuno dedicar una entrada a esta enfermedad; porqué a menudo se han ignorado los aspectos relacionados con la nutrición cuando se habla de la infección por el VIH y se dirige la atención fundamentalmente a los tratamientos farmacológicos y a aspectos esencialmente clínicos, olvidando la importancia de la alimentación, que se pone de manifiesto desde las primeras etapas de la infección y que evita deficiencias nutricionales, ya que una alimentación saludable y equilibrada ayudará a mantener el peso corporal y un buen estado general.



A pesar de que una buena nutrición no tiene repercusión en la prevención el VIH ni en la curación del SIDA, sí puede ayudar a retrasar el proceso de desarrollo de la enfermedad, una nutrición equilibrada refuerza el sistema inmunitario y potencia los niveles de energía por lo que ayuda al organismo a resistir los efectos de la enfermedad.
Una buena nutrición tiene los siguientes objetivos:

1.       Conservar o mejorar el estado nutricional, es decir, el mantenimiento o aumento de peso y masa muscular, lo que previene de la malnutrición.

2.       Mejorar la calidad de vida, cuando una persona está bien nutrida se siente más vital, con más ganas de hacer cosas y con más fuerza.

3.       Facilitar la recuperación de infecciones, ya que así el organismo está en buen estado y tiene todas sus reservas preparadas para afrontar estas situaciones.

4.       Mejorar la tolerancia a la medicación. El metabolismo y las biotransformaciones indispensables para la activación y eliminación de la mayoría de los medicamentos necesitan aportes correctos y disponibles de todos los nutrientes.

Se debe realizar una dieta equilibrada, ésta es aquella que proporciona al organismo todos los nutrientes necesarios para su funcionamiento y le permite realizar las actividades cotidianas. Si se cubren las raciones de todos los grupos de alimentos diariamente se estará realizando una correcta nutrición, pero además hay que tener en cuenta que sea:

ü  Variada: además de contener las raciones correspondientes de todos los grupos de alimentos, dentro de éstos se debe intentar incluir la mayor variedad posible ya que, aunque presentan similitudes, no tienen exactamente los mismos nutrientes. Por ejemplo, dentro del grupo de las verduras, las de color verde tienen más contenido en ácido fólico que las de color anaranjado y éstas más vitamina A.

ü  Agradable: las formas de preparación y cocinado de los alimentos se han de adecuar a los hábitos y gustos de cada persona. No hay que olvidar el placer que puede proporcionar la comida.

ü  En cantidades adecuadas: estas cantidades estarán en función de las características de cada persona (edad, sexo, actividad física…).

En cuanto a los nutrientes…

Proteínas à Son indispensables en la fabricación de anticuerpos y del sistema inmunológico.

A causa de la naturaleza de la infección por VIH, se necesitará más cantidad de proteína en algunos momentos determinados.

Se encuentran en las carnes, el pescado, las aves, los huevos, la leche y los productos lácteos.

Lípidos à Forman una fuente de energía concentrada en la alimentación. También tienen un papel en el transporte y el almacenamiento de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K).

Se aconseja limitar el consumo de grasas de origen animal o saturadas y potenciar el consumo de las grasas de origen vegetal o monoinsaturadas que se encuentran en el aceite de oliva o las grasas poliinsaturadas que se encuentran en los aceites de semillas o en el pescado azul, que contienen ácidos grasos esenciales.

Hidratos de carbono à Aportan energía (calorías) necesaria para realizar las funciones internas basales y la actividad física.

Diferentes estudios han indicado un aumento del gasto de energía de mantenimiento (basal) en la infección por VIH, por lo que se debe compensar con una ingesta suficiente mediante la dieta.

Vitaminas à Son reguladores de los procesos del metabolismo. Se utilizan en general como coenzimas. Son sustancias esenciales que el organismo ha de adquirir a través de la dieta, ya que no podemos sintetizarlas (excepto la vitamina D).

Minerales à Constituyen estructuras esqueléticas, regulan el equilibrio ácido-base, tienen función catalítica formando parte de enzimas y otras proteínas. Deben ser adquiridos a través de la dieta.



Pero, ¿qué pasa cuando la persona presenta problemas gastrointestinales?


v  Náuseas y vómitos:

-          Debería comer varias veces al día y en pequeñas cantidades.

-          Tomar alimentos salados ya que se toleran mejor que los dulces.

-          Las texturas secas, mejor que las líquidas.

-          Las cocciones serán sencillas (salsas ligeras, a la plancha, horneado) y poco condimentadas.



v  Diarrea:

-          Comer varias veces al día y en cantidades pequeñas.

-          Beber frecuentemente (agua, infusiones).

-          Las cocciones serán sencillas (hervidos, plancha, horneados).

-         Es aconsejable seguir esta pauta solamente pocos días por sus limitaciones en la alimentación.

-          Según la evolución, podría ser necesario introducir un suplemento de fibra para mejorar las diarreas.



v  Falta de apetito (anorexia):

-          Es recomendable hacer  ingestas frecuentes y de pequeña cantidad.

-          Comer cuando se tenga apetito y no esperar a la hora tradicional.

-          Seleccionar alimentos y líquidos lo más nutritivos posibles con una alta densidad energética y evitar llenarse con alimentos de mucho volumen y poco valor calórico como caldos, verduras y ensaladas verdes.

-          Evitar los alimentos bajos en grasa, light o bajos en calorías.

-          Enriquecer las comidas con leche descremada en polvo, azúcar o glucosa o aceite o crema de leche para que tengan más calorías.

-          Pasear o hacer un poco de ejercicio antes de las comidas para estimular el apetito.

-          Limitar las bebidas en las comidas para evitar el efecto saciante.

-          Tener a mano alimentos para picar entre horas.



v  Disminución de la sensación de sabor:

-          Seleccionar alimentos lo más apetitosos posibles, teniendo en cuenta el olor, la textura y la apariencia.

-          Tratar de que las comidas sean lo más aromáticas posibles, condimentando los alimentos con hierbas y especias con el fin de aumentar su sabor y aroma.

-          Evitar los alimentos muy calientes.

-          Es importante que variar los alimentos dentro de la tolerancia personal para no llegar a la monotonía.

-          Es aconsejable que tome los alimentos con salsas o caldosos para potenciar su sabor.


Finalmente, un aspecto que debe tenerse en cuenta cuando se habla de la alimentación es la higiene de los alimentos.

Las personas seropositivas deben tener más cuidado con las fechas de caducidad, el almacenamiento, la manipulación y la preparación de los alimentos y las comidas, ya que al tener su sistema inmune deprimido, su organismo es menos efectivo para luchar contra las bacterias que pueden crecer en los alimentos no tratados cuidadosamente.



¿Qué se debería tener en cuenta?



Al hacer la compra:


ü  Verificar las fechas de caducidad, no utilizar comida envasada una vez vencida esta fecha.

ü  Seleccionar los alimentos fríos o congelados al final de la compra. Es mejor llevarlos a casa con nevera o bolsa refrigeradora.

ü  Revisar la nevera periódicamente para comprobar la caducidad de los alimentos.

ü  Rechazar envases y embalajes deteriorados.

Al almacenar el alimento:

ü  Guardar en la nevera o el congelador los alimentos fríos o congelados lo más rápidamente posible después de la compra.

ü  Los alimentos frescos deberán ser almacenados a 4 ºC o menos y los congelados en un congelador a –18 ºC o menos.

ü  Descongelar los alimentos/preparaciones en la nevera o el microondas y nunca a temperatura ambiente.

ü  Utilizar las comidas refrigeradas en el tiempo indicado.

ü  Mantener limpios la nevera y el congelador.

ü  Una vez abiertos los productos envasados, deberán tratarse como los frescos.

ü  Aislar los alimentos crudos de otros alimentos.

ü  Desechar alimentos con moho.

 Al preparar el alimento:
ü  Lavarse siempre las manos con jabón antes de manipular los alimentos, después de tocar alimentos crudos y antes de cocinarlos.

ü  Lavar bien las tablas de cortar y los utensilios a temperatura suficiente (60 ºC) y después de trabajar con carnes, aves y pescados crudos.

ü  Desinfectar la tabla de cortar durante 10 minutos con agua tibia y unas gotas de lejía.

ü  Si se recalienta un alimento, hacerlo a temperatura alta y sólo una vez. Usar a ser posible microondas, y asegurarse de que el calentamiento es completo.

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